Timoteo Aparicio era de origen humilde y analfabeto. Se conoce poco de su juventud. Posiblemente hizo sus primeras armas en la batalla de Carpintería. Participó en la Guerra Grande en el bando de Oribe. Durante las presidencias de la fusión (Giró, Pereira y Berro) fue parte del ejército.

Luego del asesinato de Venancio Flores y Bernardo Berro en 1868, las persecuciones a los blancos lo obligaron a emigrar a Entre Ríos, como a muchos otros. De allí regresó el 5 de marzo de 1870, cuando cruzó el río Uruguay a la altura de Gualeguaychú, junto a 44 hombres. Uno de ellos describió el episodio y registró el armamento con que contaban los rebeldes: «cinco viejos fusiles de fulminante, algunas lanzas fabricadas con tijeras de esquilar, algunas pistolas, facones y boleadoras, un clarín y un anteojo de larga vista». Así se inició la Revolución de las Lanzas, después de la Guerra Grande el más grave de los conflictos civiles que vivió Uruguay.

Aparicio utilizó en sus proclamas la denominación Partido Nacional para el Partido Blanco, como lo hizo Oribe desde 1855 hasta su muerte. Identificaba al partido con los intereses nacionales por encima de los partidarios.

La revolución de Aparicio, que terminó con el triunfo de los blancos, dio lugar a la primera etapa de la coparticipación de los partidos en el gobierno. La Paz de Abril tuvo una cláusula no escrita por la cual el presidente se comprometía a nombrar jefes políticos blancos en cuatro departamentos y garantizaba de ese modo que hubiera representantes blancos en el Parlamento.

Fue respetado por sus opositores, tanto así que el gobierno colorado le dio el grado de general del ejército. Murió en 1882, en la pobreza.