Luis XVI nació en París en el palacio de Versalles, en 1754. Aunque no era el principal heredero a la Corona, la muerte de su padre y de su hermano mayor hicieron que llegara al trono con 20 años, cuando murió su abuelo, el rey Luis XV, en 1770.

Fue criado en el lujo y los cuidados del palacio; su padre se preocupó de que recibiera una muy buena educación por si llegaba a ser rey. Cuando tenía 16 años se casó con la princesa Maria Antonieta, hija del emperador de Austria; ella tenía 14 años. El matrimonio fue arreglado por sus padres, como era costumbre entre los reyes. Los relatos de la época cuentan que Maria Antonieta era una de las mujeres más hermosas de Europa, pero nunca fue querida por su pueblo.

Luis XVI no fue un rey respetado. Muchos consideraban que era un hombre débil, sin carácter y que se dejaba manipular fácilmente por los consejos ajenos y por los caprichos de su esposa.

Cuando Luis XVI fue coronado rey de Francia, el país vivía una mala situación económica, el reino tenía muchas deudas y la gente estaba cansada de pagar cada vez más impuestos. Además el rey había decidido apoyar con soldados y armas a los norteamericanos en su independencia, lo que había generado enormes gastos a Francia.

En 1789 el rey estableció nuevos impuestos para el pueblo, pero fueron rechazados. Sería el comienzo de la Revolución francesa y la caída del poder real. Luis XVI no estaba dispuesto a perder su poder y se negaba a negociar con los revolucionarios. Intentó huir de Francia y fue detenido y apresado junto a María Antonieta. En 1793 el matrimonio real fue declarado culpable de traición y condenado a morir en la guillotina. Sus cabezas fueron expuestas en las plazas de París.