Luis Alberto de Herrera empezó su carrera política dentro del Partido Nacional y su tarea como periodista en el diario La Nación, a los 19 años. Participó junto a Aparicio Saravia en la revolución de 1897 luchando como soldado. Terminada la guerra, en 1901, el gobierno de Juan Lindolfo Cuestas lo envió a Estados Unidos como encargado de negocios de Uruguay. En 1904 renunció a su cargo y volvió a Uruguay para participar junto a Saravia en la nueva guerra civil.

En los años posteriores siguió con su actividad política y periodística enfrentándose muchas veces al Partido Colorado, en especial a José Batlle y Ordóñez, a quien incluso llegó a retar para batirse a duelo.

Después de la muerte de Saravia se convirtió en el líder del Partido Nacional. Su estilo personal lo distinguía entre los políticos. Era un hombre muy educado y distinguido, pero sabía hablar con la gente de una forma sencilla y afectuosa, lo que lo convirtió en un hombre muy respetado. Desde su partido político apoyó las reformas electorales que proponía Batlle para que el Partido Nacional participara en las elecciones con todas las garantías necesarias.

Durante muchos años Luis Alberto de Herrera fue el candidato a la presidencia por el Partido Nacional, pero no pudo derrotar al tradicional partido rival. Igualmente participó activamente de la vida política y también se dedicó al estudio y la investigación de la historia del Uruguay, y escribió varios libros.

Se postuló cinco veces a la presidencia pero nunca ganó las elecciones. Un año antes de su muerte, gracias a la unión que Herrera promovió entre el Partido Nacional y el movimiento ruralista, los blancos ganaron las elecciones después de 93 años de lucha política. Herrera ya tenía 85 años y no se había presentado para ningún cargo. Falleció en 1959.