La Guerra Grande fue un conflicto complejo, que tuvo muchas etapas: fue una guerra civil entre blancos y colorados; pero también fue una guerra entre dos formas de organización: federalismo y unitarismo; y llegó a convertirse en un conflicto internacional, porque participaron en ella las potencias europeas. Esta complejidad se debió a que los bandos uruguayos establecieron alianzas con los bandos de los países vecinos: los colorados se aliaron con los unitarios y los blancos con los federales.

Con el primer gobierno de Rosas se instaló el Partido Federal. Por esto varios unitarios argentinos se establecieron en Uruguay escapando de las persecuciones. La corriente federal era muy heterogénea. Estaba integrada por los partidarios de que cada provincia conservara su autonomía y pudiera regirse libremente aunque formara parte de una unidad mayor.

Rosas consideraba que la forma de afirmar la independencia política de la Confederación Argentina era a través del nacionalismo económico. Esto hizo que las potencias industriales de la época: Francia y Gran Bretaña, iniciaran una serie de acciones agresivas para abrir el mercado argentino a sus productos. Con su política nacionalista Rosas contribuyó a la afirmación del sentimiento nacional argentino y a reforzar la soberanía del Estado.

Todos esos elementos contribuyeron a que se afirmara la alianza entre los blancos y el federalismo. Poco a poco, en el transcurso de la Guerra Grande, los rasgos característicos de la corriente federalista fueron tomados por el bando de Oribe. Mientras que el liberalismo propio de la posición unitaria se convirtió en un rasgo de identidad del Partido Colorado.