La historia de América Latina muestra muchos ejemplos de cómo se han limitado, desconocido o atropellado los derechos de las personas. Las dictaduras que vivieron varios de los países latinoamericanos no hicieron caso a los principios de la  Declaración Universal de los Derechos Humanos y regularmente los postergaron. Desconocieron la libertad de expresión, la integridad física de las personas, el derecho a la identidad y nacionalidad, el derecho a la vida, entre otros. La tortura, las desapariciones forzadas, el secuestro de niños, la violación sexual, la persecución y el encarcelamiento por motivos políticos han sido práctica corriente de los regímenes dictatoriales y del terrorismo de Estado. Más allá de los atropellos cometidos durante las numerosas dictaduras que ha vivido el continente, los derechos humanos siguen siendo actualmente un asunto central en las reivindicaciones de muchos grupos.

En varios países las condiciones para el respeto de los derechos no están totalmente garantizadas para algunos grupos: las minorías étnicas, los presos, los sectores más marginados de la sociedad, los homosexuales, los discapacitados, entre otros, sufren permanentemente la violación de sus derechos. La igualdad de derechos entre hombres y mujeres, el respeto a la diversidad y el reconocimiento de la libertad, las garantías a la vida, el trabajo, la nacionalidad, el nombre, la vivienda, el acceso a la cultura, la libertad religiosa y política, la eliminación de toda forma de esclavitud, tortura, prisión ilegítima, maltrato, persecución por motivos ideológicos, religiosos, culturales, étnicos, son solo algunos de los temas que deben ser resueltos para poder alcanzar condiciones de respeto absoluto a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.