Las llamadas Leyes del 25 también se conocen como leyes fundamentales, ya que marcaron un momento esencial en la historia de Uruguay.

La Ley de Independencia declara la independencia de Portugal, Brasil o cualquier otro reino. Afirma que la incorporación a ese imperio fue forzada y, por lo tanto, no tiene valor. Con esto queda derogada la decisión de unirse al Reino de Portugal, luego Imperio del Brasil, como Provincia Cisplatina.

Según la Ley de Unión, la Provincia Oriental, libre e independiente, toma la decisión soberana de unirse a las provincias argentinas. La ley afirma que siempre se ha pertenecido a esa unión y se argumenta que esta decisión es la voluntad de los pueblos que componen la provincia, lo que recuerda la concepción artiguista.

La tercera de las leyes se conoce con el nombre de Ley de Pabellón. Creaba una bandera provisoria celeste, blanco y punzó, es decir rojo muy vivo. Era provisoria porque los orientales esperaban que las Provincias Unidas reconocieran la unión y con eso la Provincia Oriental pasaría a tener como bandera la de ese país (nosotros la conocemos como bandera argentina).

Las dos primeras leyes han producido discusiones muy importantes entre los historiadores. Para algunos, la ley más importante es la de Independencia; estos definen que el 25 de agosto de 1825 se declaró la independencia de Uruguay. Para otros, lo que los orientales querían era unirse a las demás provincias del Río de la Plata, por lo que rechazan esa fecha para la independencia.

Algunos meses después de la declaración de estas leyes, el gobierno argentino reconoció la incorporación de la Provincia Oriental y el Imperio de Brasil le declaró una guerra que se prolongó hasta 1828 y terminó con la firma de la Convención Preliminar de Paz, que dio nacimiento al Estado Oriental.