Las causas de la expansión europea 1870-1913 / Europa
Hacia 1870 Europa vivía una situación económica difícil. Uno de los principales problemas de los países industrializados era la materia prima que empezaba a agotarse en Europa. El otro era la necesidad de encontrar nuevos lugares donde vender los productos fabricados en las industrias europeas. La conquista de nuevos territorios fue la solución para estos problemas económicos. Así comenzaba la competencia entre las potencias europeas para encontrar y dominar nuevas tierras.
Con la expansión, Europa pudo mejorar su economía y también los problemas sociales vinculados al enorme crecimiento de población que había tenido durante el siglo XIX. Millones de personas salían de Europa y se iban a vivir a las nuevas colonias. Se calcula que unos 40 millones de europeos se fueron en busca de trabajo y alimentos. Las familias emigraron en busca de mejores condiciones de vida porque en Europa ya no había trabajo ni comida para todos. Desde el punto de vista económico, las empresas europeas buscaron nuevos mercados para la inversión de capital.
En esta época se realizaron importantes avances en el desarrollo de los transportes. Se comenzaron a construir trenes y barcos de vapor. La marina recibió un importante impulso con el desarrollo de buques de guerra, que fueron usados para trasladar a los ejércitos y conquistar las colonias.
El imperialismo también impulsó la creencia de que los europeos eran una raza superior a las otras y que esta superioridad estaba demostrada por sus avances tecnológicos y sus conocimientos científicos. Los europeos se creían con derecho a dominar a las personas de otros continentes. Durante los años del imperialismo buscaron todas las formas posibles para cambiar las costumbres, el comportamiento, las formas de vida de los pueblos que conquistaron y sus creencias religiosas difundiendo el cristianismo.
Los motivos políticos y militares también influyeron en la expansión colonial europea. Un país que tenía colonias en otros continentes era un país respetado y admirado por los demás países; cuanto más grande y poderoso era su imperio, más importante era la potencia. Todos los países industrializados, de mediados del siglo XIX, buscaron tener sus colonias, pero aquellos que lograron tener los imperios más grandes fueron Inglaterra y Francia.