Recordemos que muchas de las personas que poblaron esta región lo hicieron atraídas por la idea de tener un buen puerto. Montevideo fue desde su fundación un centro comercial fundamental para el Río de la Plata. Posee el mejor puerto de la zona, con una bahía natural y está próximo a la salida oceánica. Esta característica fue muy importante a lo largo del siglo XIX.

La actividad del puerto de Montevideo era muy intensa. Por él entraban productos manufacturados europeos y salían materias primas a Europa. Muchas veces esos productos estaban de paso por Uruguay, ya que su destino eran las provincias del interior argentino, Paraguay o el sur de Brasil. Por esto se conformó un grupo de comerciantes vinculados a la importación y la exportación. Su fortuna hizo de ellos una clase alta urbana con mucha influencia en la vida política y financiera de la ciudad. También fueron fundadores de los primeros bancos.

Otra característica de la región la daban la pradera y el ganado. El término pastoril se refiere a las formas de vida y de producción que se dan en la pradera ganadera. La producción de ganado en el siglo XIX se basaba en el ganado cimarrón, que exigía poco cuidado. Solo se extraía el cuero y la carne casi no se usaba. Se necesitaba poca mano de obra y eso determinó que la población del campo fuera escasa y estuviera dispersa.

La política caudillesca era la tercera característica del período. El surgimiento del caudillo, al igual que el del gaucho, se vincula con la vida rural. El ritmo de vida del Uruguay en sus inicios fue determinado por los caudillos como líderes políticos. Sus enfrentamientos por el poder hicieron de la guerra civil el estado casi permanente a lo largo de cincuenta años.