A fines del siglo XIX el telégrafo fue utilizado con objetivos militares y comerciales. El gobierno tenía el monopolio de su uso y fue una herramienta importante para las victorias militares del ejército contra los opositores al gobierno. En 1910 empezó a utilizarse la telegrafía sin hilos, que funcionaba con chispas eléctricas. La principal estación se encontraba en Montevideo y el servicio dependía directamente del Ministerio de Guerra y Marina.

En el año 1922 empezó sus transmisiones la primera radio de Uruguay; se llamaba Radio Paradizábal. Y en los años siguientes se fundaron nuevas emisoras: Radio Montecarlo, Radio Carve, Radio Fénix, el Sodre, Radio Universal, entre otras. Las primeras radios debieron ingeniárselas para armar sus propias antenas, que les permitían emitir durante unas pocas horas al día. Eran pocas las familias, los restaurantes y los bares que poseían aparatos de radio. Las transmisiones se escuchaban en grupos; era costumbre que la familia junto con vecinos se reunieran para escuchar algún programa.

Los primeros programas se hacían exclusivamente en vivo, se usaban discos de pasta para pasar música, se leía la información y los avisos publicitarios. Las voces de la radio se convirtieron en los personajes famosos de la época; en general eran actores a los que se llamaba speakers. En la década de 1930 comenzaron a emitirse programas de entretenimientos y, a mediados de esa década, los famosos radioteatros, que eran representaciones de dramas o comedias donde se usaba la voz, la música y los sonidos para interpretarlas. Estos programas eran capaces de generar multitudinarias reuniones frente al receptor. Con la llegada de la radiotransmisión, todos los acontecimientos sociales, culturales y políticos del siglo fueron seguidos por los radioescuchas.