Algunas de las innovaciones ocurridas en la primera mitad del siglo XX modificaron la vida de los seres humanos. Ejemplos de ello fueron las nuevas técnicas en la conservación de alimentos y el desarrollo de los electrodomésticos o la creación de fibras sintéticas que empezaron a sustituir materiales tradicionales como la lana, el algodón, el vidrio o la cerámica para la fabricación de productos para la industria y el hogar. En la medicina también hubo importantes innovaciones, como el descubrimiento, casi por accidente, de la penicilina y de la sulfamida, poderosos antibióticos que permitieron tratar enfermedades e infecciones en forma eficaz como nunca antes.

Otro campo que tuvo un intenso progreso fue la física. En 1915, Albert Einstein presentó la teoría de la relatividad y revolucionó los principios generales en los que se asentaba la física hasta el momento. En la misma época Max Planck dio a conocer las bases de la física cuántica, que actualmente es una de las principales ramas de esta ciencia y explica el funcionamiento de la materia y la energía.

En biología se profundizaron los avances relacionados con la teoría de la evolución, de Charles Darwin. A comienzos del siglo un científico ruso, Ivan Pavlov, definió el concepto de reflejo condicionado y fundó las bases para la ciencia del comportamiento. A la vez, en Viena, Sigmund Freud avanzaba en el estudio de la psicología humana y establecía los principios iniciales del psicoanálisis.

En química, además del desarrollo de los sintéticos y de la farmacéutica, se avanzó mucho en la investigación sobre sustancias que podrían ser útiles a la producción agropecuaria. De ese modo se crearon plaguicidas y abonos sintéticos que más tarde revolucionaron la producción.