En la década de 1960 diversos grupos políticos, descreídos del sistema democrático, se convirtieron en grupos armados; entre otros estaban el FARO, el FRT, la OPR 33 y el Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T), que fue el más grande.

El Movimiento de Liberación Nacional surgió como una guerrilla urbana en 1966. En este movimiento se unieron varios grupos vinculados a partidos de izquierda y el sindicato de los trabajadores de la caña de azúcar de Bella Unión (UTAA) liderado por Raúl Sendic. El MLN estaba formado principalmente por jóvenes de izquierda de clase media, que creían que la lucha armada era la única manera en la que se podía liberar al país de la influencia imperialista de Estados Unidos y crear las condiciones para una revolución popular socialista. Con la lucha armada buscaban implantar un sistema socialista, enfrentar al imperialismo y formar la patria grande latinoamericana. Para impulsarlo se organizaron en grupos armados que conseguían los elementos materiales que necesitaban (armas, transporte) robando bancos, armerías y otros lugares.

El gran ejemplo para los movimientos guerrilleros latinoamericanos fue la Revolución cubana de 1958, liderada por Fidel Castro y el Che Guevara que, con la guerrilla, logró derrocar una dictadura, unió al pueblo en la lucha y tomó el poder político. Uruguay era un país que tenía la mayor parte de su población en zonas urbanas; por tanto, las acciones guerrilleras se concentraron en Montevideo. Al principio los tupamaros denunciaban a políticos y empresarios corruptos y robaban para darles a los más pobres. Con estas acciones lograron el apoyo popular pero, cuando los enfrentamientos con la policía empezaron a ser más sangrientos, el MLN quedó aislado y sin respaldo popular, hasta que en 1972 las Fuerzas Armadas capturaron y encarcelaron a sus principales dirigentes.