A lo largo de su historia, Estados Unidos realizó diversas campañas políticas, militares y diplomáticas que le permitieron expandirse. Todo comenzó con la conquista del oeste. Esa campaña le posibilitó ampliarse desde el océano Atlántico hasta el océano Pacífico. Luego continuó su expansión hacia el sur. Para Estados Unidos la forma natural de aumentar su territorio fue la compra o la guerra. En esta época había obtenido la Luisiana, comprada a Francia, y la Florida, a España. La guerra con México fue parte del interés norteamericano en sumar más territorio.

Desde comienzos del siglo XIX, México había permitido que colonos extranjeros se instalaran en el norte debido a las dificultades que tenía para poblar esas tierras. Colonos norteamericanos se habían afincado allí a partir de1820. Tiempo después se inició una disputa por el territorio porque los colonos pidieron incorporarse a Estados Unidos. México, que venía de varios enfrentamientos diplomáticos, respondió militarmente luego de que la potencia del norte ocupara con su ejército parte del territorio mexicano en disputa. Estalló así uno de los enfrentamientos bélicos más difíciles de la historia mexicana por sus resultados económicos y sociales.

La guerra fue muy dura. El hambre, las enfermedades y las matanzas derrotaron al ejército mexicano. Finalmente, el 2 de febrero de 1848 se iniciaron las negociaciones de paz que culminaron con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. El tratado fue redactado en su totalidad por Estados Unidos y determinó la pérdida para México de la mitad de su territorio original. Eran tierras de enorme riqueza agrícola, minera y petrolera. A cambio, la potencia del norte le entregó dinero para cubrir los gastos y los daños sufridos durante los dos años de guerra.