Luego de las luchas por la independencia del poder español, el objetivo de muchas naciones americanas fue el de la integración política y económica, una integración que las hiciera más fuertes y capaces de resistir la influencia del poder extranjero. De este modo, una vez independizados los territorios que habían pertenecido al virreinato de Nueva Granada, algunas de aquellas nuevas repúblicas se unieron en 1819 para crear la Gran República de Colombia, al influjo del general libertador venezolano Simón Bolívar.

En su comienzo, la Gran Colombia estuvo integrada por Colombia, Venezuela y Quito. En 1821 se integró Panamá. Más adelante, el Estado independiente del Haití español quiso integrarse al proyecto pero el intento fracasó cuando fue invadido por fuerzas francesas.

La organización de un Estado tan extenso necesitaba una administración ejecutiva fuerte. Para ello se designó un presidente y varios vicepresidentes regionales que cumplirían los roles y las tareas del presidente cuando este estuviera ausente.

Mientras el proyecto de la Gran Colombia daba sus primeros pasos, su presidente Simón Bolívar participaba de las campañas independentistas de Bolivia y Perú. Las fuertes diferencias políticas entre los partidarios del federalismo y el centralismo, además de los conflictos internos entre los integrantes de la gran república, comenzaron a hacer previsible su división. La separación de los territorios del antiguo virreinato acabaría dándose en 1830, luego de la muerte de Bolívar, tras un largo período de intentos de separación de los Estados integrantes.

De la división definitiva de la Gran Colombia surgieron los países que conocemos hoy en día como Venezuela, Colombia, Ecuador y, más tarde, Panamá.