A partir de la década de 1920 los movimientos antiimperialistas se intensificaron y el proceso de descolonización tuvo un verdadero período de aceleración a partir de la Segunda Guerra Mundial. Entre la década de 1940 y la de 1960 se produjo la independencia de la mayor parte de las antiguas colonias de Asia y África. Este proceso dio origen a una gran cantidad de nuevos países en esas regiones del mundo.

Entre los procesos más importantes de la descolonización se encuentra la independencia de la India, que además fue muy particular por el uso del método pacifista inspirado por Gandhi. Otros procesos de independencia, en cambio, estuvieron marcados por la violencia y muy relacionados con la guerra fría. El ejemplo más claro de este tipo es el de Vietnam, con un largo recorrido que comenzó en la década de 1940 y terminó en 1974 con la derrota de las tropas estadounidenses que habían ingresado a la península en la década anterior.

La descolonización inauguró una nueva forma de relación entre las regiones desarrolladas del mundo y las que comenzaban la vida independiente. Los nuevos países nacieron con grandes problemas que dificultaban su desarrollo. En ellos la economía estaba preparada para satisfacer las necesidades de las metrópolis y, una vez que lograban su independencia, era muy difícil que pudieran conseguir otros mercados para sus materias primas. En la mayor parte de los casos se estableció una nueva relación de dependencia, en este caso económica y tecnológica, comparable a la relación colonial, denominada neocolonialismo. El tipo de problemas que los jóvenes países tenían hizo que se los considerara parte de un grupo con características comunes y se los denominó Tercer Mundo.