Las ciudades cambiaron totalmente su aspecto. Se crearon lugares para la diversión y el arte, en donde la burguesía y la clase media podían disfrutar de su dinero. Los paseos, los cafés, las galerías de arte, las salas de conciertos y teatros se multiplicaron en estos años. El modelo social y cultural de la Belle Époque fue imitado en otras partes del mundo; incluso en el Río de la Plata, Buenos Aires y Montevideo trataban de parecerse a París.

La Belle Époque fue un período en que la burguesía mostró su riqueza y la disfrutó dándose todos los gustos. Las grandes ciudades fueron las que vivieron más intensamente aquella época de progreso y felicidad. Londres, París, Berlín, entre otras, vieron aumentar mucho su población. Las ciudades modificaron su aspecto y se planearon cambios para mejorar las condiciones de vida. Se crearon avenidas para el uso de los primeros automóviles, aparecieron los tranvías para el transporte público, se mejoró el saneamiento, la luz eléctrica en casas y calles, el agua potable, los lugares al aire libre y los centros comerciales, etcétera.

Los transportes y las comunicaciones permitieron que el contacto con otras partes del mundo fuera cada vez más común. El tren, los grandes barcos a vapor o el teléfono hacían que los hechos que ocurrían en un lugar lejano pudieran ser noticia poco tiempo después. La prensa escrita se hacía cada vez más popular.

Uno de los acontecimientos más importantes de la Belle Époque fue la realización de las exposiciones universales. Dos de las más importantes fueron en París, en los años 1889 y 1900. En ellas se mostraban los mejores logros del progreso científico y tecnológico a nivel mundial y fueron visitadas por miles de personas. El símbolo de la primera exposición universal de París fue la Torre Eiffel.