Los principistas representaban a los sectores jóvenes de los partidos y defendían los principios constitucionales y legales; de ahí su nombre. En 1875 el enfrentamiento con los candomberos, nombre que le daban los principistas a los caudillos, determinó que el clima de inestabilidad del país estallara.

En enero de 1875 hubo elecciones para alcalde de Montevideo. Se formaron dos bandos opuestos: los principistas de todos los partidos por un lado y los candomberos de todos los partidos por el otro. El resultado de la elección favorecía al candidato principista. Entonces varios seguidores de los candomberos, comandados por Gregorio Suárez, balearon a varios votantes, lo que provocó una gran crisis en la ciudad.

El presidente José Ellauri no definió su postura ante el suceso y todos lo abandonaron. Ante la inestabilidad de la ciudad, el orden se logró con la acción del ejército dirigido por el coronel Lorenzo Latorre. Ellauri debió renunciar a la presidencia y fue sustituido por un candombero: Pedro Varela Olivera.

El presidente Varela decidió desterrar a los principales políticos principistas. Fueron enviados a la ciudad de La Habana en una barca llamada Puig, pero antes de llegar a Cuba los principistas desembarcaron en el puerto de Charleston (en Estados Unidos), y desde allí retornaron al Río de la Plata y organizaron una revolución.

Como los revolucionarios pertenecían a todos los partidos, la denominaron Revolución Tricolor. Sus consignas eran la defensa de la Constitución y los derechos individuales. Invadieron el país en octubre de 1875 pero fueron derrotados muy pronto por el ejército del gobierno comandado por Latorre. En diciembre, los últimos revolucionarios abandonaron el país. Pocos meses después el gobierno de Varela cayó y Latorre fue designado gobernador provisorio. Así comenzaba el militarismo.