Juan VI, el rey que huyó de Napoleón 1807-1816 / Portugal, Brasil y Banda Oriental
El rey Juan VI de Portugal tuvo que fugarse de su país para no caer preso en manos de Napoleón Bonaparte. Ayudado por los ingleses se trasladó con su familia a Brasil, la principal colonia portuguesa. La llegada del rey hizo que Brasil se convirtiera en el centro del Imperio portugués. En su nuevo palacio real, los reyes se percataron de la desprotección de las colonias españolas e intentaron agrandar el Imperio mediante invasiones. La Banda Oriental fue uno de los territorios en disputa.
En el año 1807, el ejército francés liderado por Napoleón invadió varios países europeos; entre ellos, Portugal. El rey portugués Juan VI eligió huir para no caer prisionero del emperador francés. El refugio del rey y de su familia fue Brasil, la principal colonia portuguesa, adonde viajaron junto a diez mil ayudantes y funcionarios, protegidos por una flota de barcos ingleses.
Una vez instalado en Río de Janeiro, el rey Juan VI tomó algunas decisiones importantes: Brasil dejó de ser una colonia para pasar a ser el centro del Imperio portugués y todos sus puertos quedaron abiertos al comercio con los países aliados, de los cuales el más interesado era Inglaterra. De esta manera, los ingleses aumentaron el comercio con Brasil. Además, la presencia del rey fue muy beneficiosa para Río de Janeiro, donde se fundó un banco, una imprenta, una biblioteca, una universidad y la academia militar.
Ante la desprotección de las colonias españolas, dado que el rey de España había sido tomado prisionero por Napoléon, el rey portugués lanzó una ofensiva para extender sus dominios sobre la Banda Oriental, que fue invadida en 1817 y pasó a formar parte en 1821 del Imperio portugués con el nombre de Provincia Cisplatina. Uno de los argumentos principales de los reyes de Portugal para expandirse por los territorios españoles fue que la reina Carlota Joaquina era la hermana del rey de España cautivo de Napoleón.
Una vez derrotado Napoleón en Europa, en 1815, el rey Juan VI decidió permanecer en Brasil para continuar gobernando desde allí, pero en 1820 una revolución en Portugal obligó a su retorno y al traslado de la capital del Imperio a Lisboa. Su hijo Pedro, heredero al trono, decidió quedarse en Brasil. Un año después declaró la independencia y se proclamó emperador del nuevo Estado.