José Artigas 1764-1850 / Banda Oriental, Paraguay, Argentina
Era aficionado al acordeón y a los trabajos de campo. Poco más se sabe de la vida de José Gervasio Artigas. Pertenecía a una de las familias que poblaron Montevideo en su fundación. Tenía muchos hermanos y hermanas. Tuvo muchos hijos y muchas compañeras y tenía casi 50 años de edad cuando se unió a la revolución. Sabemos, también, que murió a los 86 años en Asunción del Paraguay, donde se instaló en 1820, y que el único registro de su rostro es de poco antes de su muerte.
Al igual que otros personajes de la historia, conocemos poco de la vida de Artigas. Solo se sabe bastante de los diez años que duró la revolución. Además, una parte importantede los registros de esa etapa corresponden a los documentos, cartas, discursos, decretos, instrucciones, que deben haber sido redactados en colaboración con otros personajes, como los curas Barreiro y Monterroso, que fueron sus secretarios a lo largo de los años de la campaña.
Nació en Montevideo el 19 de junio de 1764, vivió sus primeros años en la ciudad y asistió a la escuela de los frailes franciscanos. Más tarde se instaló en la estancia de su familia y posiblemente se dedicó al contrabando y el arreo de ganado. En eso, no se distinguía mucho de los demás habitantes de su tiempo. De esa etapa no hay casi registros. En 1797 se enroló en el cuerpo de Blandengues. Como militar, acompañó a Félix de Azara en su gira de reconocimiento de la campaña y estuvo en la defensa de Montevideo contra los ingleses. A los 41 años se casó con Rosalía Villagrán pero a lo largo de su vida tuvo muchas compañeras, con las que tuvo varios hijos e hijas. Quizás la más conocida sea la paraguaya Melchora Cuenca.
Ha sido un personaje cargado de significados no siempre vinculados con la realidad. Sus enemigos lo consideraron un asesino y bandolero, entre ellos se encontraban los españoles, muchos miembros del gobierno porteño, los grandes terratenientes y la clase alta montevideana. Todos ellos contribuyeron a construir una leyenda negra de la figura de Artigas y sus seguidores. Por otro lado, sus defensores construyeron una leyenda heroica que lo convirtió en fundador de un país que nunca imaginó. Casi nadie contó su historia: cómo era, qué le gustaba, qué leía o cómo se divertía.
Al verse derrotado y perseguido se retiró en 1820 a vivir en Paraguay, donde murió en 1850.