Jean Paul Marat nació en 1743, en un pequeño pueblo de Suiza, en una familia muy humilde. Cuando era adolescente se fue a estudiar medicina a París, donde trabajó como doctor sin haber terminado sus estudios. Vivió once años en Inglaterra, terminó su carrera y comenzó a escribir en la prensa. Allí publicó su primera obra, en la que criticaba duramente a las monarquías absolutas de Europa.

Volvió a París en pleno estallido de la Revolución francesa y se encargó de la publicación de un diario que se llamaba El Amigo del Pueblo, que se hizo famoso en toda Francia. En esa publicación criticaba duramente al rey y a los nobles y defendía los derechos del pueblo, en especial el derecho a la libertad de expresión.

Pertenecía a un grupo político, los jacobinos, que eran los más radicales; querían sacar al rey y formar una república democrática. Desde su diario se encargó de hacer conocer sus ideas y denunciar a todas aquellas personas que consideraba traidoras de la revolución, sobre todo a los girondinos, que eran enemigos de los jacobinos y que Marat consideraba antipatriotas. Su influencia era tan grande que muchos hombres y mujeres fueron condenados a morir en la guillotina por las denuncias que escribía en su diario. Este hecho lo convirtió en un hombre odiado por algunos y admirado por otros.

En 1792 formó parte de la Convención Nacional que instauró la república en Francia y luchó por conseguir que el rey Luis XVI y su mujer María Antonieta fueran condenados a muerte. Fundó un nuevo diario al que llamó La República de Francia, donde siguió escribiendo y denunciando a sus enemigos.

Sufrió una grave enfermedad durante muchos años que lo obligó a abandonar la lucha política. En 1793, una simpatizante de los girondinos lo asesinó en su propia casa.