Durante muchos años George Washington trabajó en el campo como agrimensor. Conocía muy bien el territorio y se relacionó con indígenas de la frontera oeste. A los 20 años su vida cambió, su hermano mayor murió y él debió enfrentar las obligaciones familiares. Se convirtió en un hombre muy rico y respetado por su comunidad en la colonia de Virginia. Cuando los franceses quisieron invadir parte de las colonias inglesas, Washington prestó sus servicios militares para defender las fronteras. Allí fue que adquirió sus primeras experiencias militares.

Más tarde los colonos norteamericanos comenzaron a tener conflictos con los ingleses. Washington no dudó en ponerse del lado de los colonos. Gracias a su experiencia y liderazgo, el congreso de 1775 lo nombró comandante del ejército rebelde, que si bien era numeroso, carecía de armamento y experiencia en batalla. A pesar de lo difícil de la situación, Washington logró armar un ejército que hizo frente a los ingleses.

La guerra duró ocho años, hasta que Gran Bretaña reconoció la independencia norteamericana, en 1783. Las colonias ya habían organizado su propio gobierno y elaborado una Constitución. Además se habían declarado independientes y ya no se consideraban a sí mismas como colonias sino que habían adoptado el nombre de Estados Unidos de América. Luego del final de la guerra se le encargó a George Washington la responsabilidad de dirigir el Estado. Así fue que en 1789 se convirtió en el primer presidente de la nación.

En 1793 fue electo para un segundo mandato. Debió enfrentar muchos problemas políticos y económicos. Luego de su segundo gobierno decidió retirarse y volver a su casa de Virginia, donde murió a los 67 años. Es considerado uno de los fundadores de los Estados Unidos y la capital del país lleva su nombre.