Francisco Piria nació en Montevideo en 1847. Hijo de inmigrantes italianos de buena posición, pasó parte de su infancia educándose en Italia. Con la muerte de sus padres debió volver y comenzó a trabajar desde muy joven. A los 16 años se enroló en el ejército blanco del gobierno contra el levantamiento de Venancio Flores.

A fines de la década de 1860 comenzó su negocio de remate de objetos. Era muy hábil comunicando sus ofertas y de ese modo lograba atraer a los compradores. Desde  la década de 1870 comenzó con los negocios inmobiliarios, con un remate de parcelas cerca de la estación de trenes de Las Piedras (Canelones). Compraba terrenos y los fraccionaba para rematarlos. Convocaba a la población a través de carteles que contaban las bondades del lugar, organizaba comidas y contrataba el servicio de trenes con orquesta. Fue el responsable de la formación de casi 70 barrios de Montevideo. Supo aprovechar la crisis de 1890 para comprar terrenos baratos y luego venderlos. De esta operación obtenía enormes ganancias.

En 1890 inició la urbanización de lo que después sería Piriápolis. Tenía el objetivo de crear una ciudad balnearia modelo, parecida a las del sur de Francia. Para el desarrollo de la ciudad llevó el ferrocarril y la luz eléctrica. A la vez explotaba el granito de la sierra, que exportaba a Buenos Aires para la construcción del puerto de esa ciudad. En los primeros años del siglo XX construyó el Hotel Piriápolis, que es hoy colonia de vacaciones de Educación Primaria, e hizo trazar la rambla.

Se casó tres veces y tuvo varios hijos. Vivió en distintas mansiones que construyó siguiendo sus creencias alquimistas. Murió en 1933, tres años después de haber inaugurado el Gran Hotel Argentino de Piriápolis.