En la década de 1960 surgió en Estados Unidos el movimiento hippie, integrado por jóvenes que se oponían a la política militar de su gobierno y a los valores de la sociedad de consumo impuestos por el capitalismo. Los hippies reaccionaron a los valores dominantes y buscaron otras formas de organizarse: se inspiraron en las culturas y religiones de Oriente y decidieron alejarse de las ciudades para vivir en contacto con la naturaleza. Así fue que se retiraron de la sociedad y se reunieron en comunas, organizaciones libres y sin jerarquías situadas, en el medio rural. La libertad que los hippies mostraban en su modo de vida también se reflejaba en su ropa, muy colorida y fabricada por ellos mismos de modo artesanal.

Durante la guerra de Vietnam, entre 1964 y 1975, los hippies se manifestaron muchas veces en contra del conflicto. La más famosa de estas manifestaciones fue el festival de Woodstock, que se celebró durante tres días de agosto de 1969 en una granja de un pequeño pueblo de Nueva York. Aunque la organización esperaba 60.000 personas, se reunieron allí más de 400.000, al ritmo de la música de artistas como Jimmi Hendrix, Janis Joplin y The Who. La fiesta multitudinaria atrajo la atención del mundo hacia la consigna hippie: “paz y amor”. Woodstock fue la expresión más visible de la oposición de los jóvenes estadounidenses a la política bélica de su gobierno.

Otra manifestación de los cambios culturales de la juventud en la década de 1960 fue la aparición de la minifalda, creada en 1965 por una diseñadora inglesa. Los sectores más conservadores de la sociedad reaccionaron contra la nueva prenda que medía apenas más de 30 centímetros. De todos modos se volvió muy popular, hasta convertirse en un símbolo de la rebeldía juvenil y de la liberación femenina.