El colectivismo 1886-1897 / Uruguay
Los gobiernos de Julio Herrera y Obes (1890-1894) y Juan Idiarte Borda (1895-1897) desarrollaron una política definida por tres conceptos: exclusivismo colorado, colectivismo e influencia directriz. Esta manera de gobernar, resultado de la modernización política que se produjo durante el militarismo, le dio al presidente la posibilidad de ejercer plenamente las capacidades que le otorgaba la Constitución de 1830. En 1897 una guerra civil puso fin a esta etapa.
De acuerdo con la Constitución de 1830, el presidente tenía amplios poderes para ejercer un control muy fuerte de la vida política del país. Pero esto recién fue posible con la modernización política que eliminó a los caudillos como principales actores políticos. El civilismo finalmente pudo desarrollar un gobierno en el que todo el poder que la Constitución le otorgaba al presidente de verdad se pudo ejercer.
Julio Herrera y Obes fue el líder del colectivismo. Así se llamó a la tendencia por la cual los integrantes de este sector, la Colectividad, se aseguraron el control sucesivo de la presidencia. Esto no solo dejaba afuera a los blancos, sino que también desplazó a otros sectores del Partido Colorado, como el liderado por José Batlle y Ordóñez.
El colectivismo era posible porque el sistema establecido por la Constitución de 1830 determinaba que el presidente podía influir muy fuertemente en la definición de su sucesor. A eso Julio Herrera y Obes lo denominaba la influencia directriz, es decir, la capacidad del presidente de dirigir las elecciones. Así podía asegurarse de que quien lo sucediera fuera no solo de su mismo partido, sino de su propio sector dentro del partido.
Los colectivistas estaban convencidos de que el único partido que podía gobernar adecuadamente el país era el Partido Colorado. Por eso gobernaron con exclusividad, sin permitir a los miembros del Partido Nacional tener representación, lo que desembocó en el levantamiento armado de Aparicio Saravia en 1897 y la guerra civil.
Por último, los colectivistas estaban convencidos de que la política solo podía ser llevada adelante por algunos sectores de la población. Desconfiaban de la capacidad de los sectores populares para llevar adelante las acciones adecuadas.