La construcción del canal de Suez tardó 10 años, durante los cuales se invirtió mucho dinero y fue necesario el trabajo de una gran cantidad de hombres y maquinaria para unir las aguas del mar Mediterráneo con las del mar Rojo. En la actualidad, más de 20.000 barcos utilizan este canal cada año para transportar cargamentos de más de 400 millones de toneladas, a lo largo de sus 161 kilómetros de longitud.

La historia del canal comienza a mediados del siglo XIX, cuando un francés llamado Fernando de Lesseps tuvo la idea de unir ambos mares en un punto estratégico. En ese momento Francia dominaba el territorio egipcio. Lesseps convenció a franceses y egipcios de la conveniencia de hacer este canal. Aunque se sabía que sería una obra muy difícil de realizar, todos estaban seguros de que sería posible gracias a los adelantos técnicos de la época. A pesar de que se necesitaba una enorme inversión económica, se esperaba obtener muchas ganancias por el peaje que los barcos tendrían que pagar para usar el canal una vez que estuviera terminado. Así fue que en 1859 comenzó la construcción de la obra: una vía fluvial de 22 metros de ancho y 8 metros de profundidad que atravesaba el desierto a través de la arena y la arcilla. Para terminar el canal fueron necesarios más de un millón y medio de obreros egipcios, de los cuales más de 125.000 murieron por accidentes de la obra.

En 1869 el canal de Suez fue inaugurado con festejos en Egipto y en Francia. Desde el comienzo, la construcción empezó a dar muy buenas ganancias económicas. Entonces Inglaterra, que se había opuesto a la construcción del canal por la competencia que tenía con Francia, compró más de la mitad de la empresa que administraba el canal. Gracias a esta estrategia los ingleses invadieron y conquistaron Egipto en 1875.