Sarmiento estudió en las llamadas Escuelas de la Patria. En su juventud fue reclutado por el ejército federal, pero tuvo varios enfrentamientos con autoridades, por lo que estuvo preso y luego debió irse del país. Radicado en Chile, trabajó como maestro y minero.

Volvió a Argentina, fundó una sociedad literaria y un colegio secundario para señoritas. También creó el periódico La Zonda, en el que se cuestionaba al gobierno federal. Por esta razón debió exiliarse nuevamente en Chile. La Universidad de Chile lo nombró fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades por su labor educativa y en 1845 el presidente de Chile le encomendó que estudiara los sistemas educativos de Estados Unidos, Europa, América y parte de África.

Escribió obras vinculadas a la educación, entre ellas Educación popular, que expresa sus ideas de educación laica, gratuita y obligatoria. Fue la base para la ley de educación de 1884. De vuelta en su país se desempeñó como político, fue senador, gobernador y jefe del Departamento de Escuelas. Fue electo presidente en 1868 y promovió la educación nacional. Inició la formación profesional de maestros con la creación de los institutos de formación. Fundó la Escuela de Arboricultura y de Agronomía y el Colegio Militar.

Impulsó las exposiciones de artes y de productos que promovían los artículos nacionales: tejidos, cueros y productos agropecuarios como la vicuña. Alentó, además, la instalación de la primera red telegráfica eléctrica e inauguró la primera línea telegráfica con Europa.

Publicó Facundo: civilización y barbarie. Este libro plantea su desprecio a las costumbres del medio rural, que llamó bárbaras y hacia los indígenas y gauchos de la campaña. Establecía su profunda admiración por la cultura de la ciudad y el deseo de parecerse a las costumbres cultas y europeas.