La familia Saravia pertenecía al Partido Blanco. A los 14 años Aparicio participó en la Revolución de las Lanzas de 1872 y en varias revueltas armadas junto a muchos de sus hermanos. Se casó con Cándida Díaz, que era sobrina de un caudillo colorado. Se estableció en la estancia de El Cordobés, en Cerro Largo, que había heredado de sus padres y fue centro de operaciones de las revoluciones que lideró en 1897 y en 1904.

Siguiendo a su hermano mayor Gumersindo, participó de la guerra civil brasileña en el bando de los riograndenses, con un grupo de orientales provenientes de San José. En esa lucha murió en combate su hermano mayor y él fue nombrado general del ejército, pero se retiró de la lucha porque la guerra ya estaba perdida.

Aparicio se mostró contrario a la política del Partido Colorado que impedía la participación de los blancos en el poder y comenzó a organizar un levantamiento armado en contra del presidente colorado Idiarte Borda. La revolución de 1897 fue un éxito. El Partido Nacional obtuvo la participación en el poder con la obtención de jefaturas políticas en seis departamentos. Esta negociación logró un equilibrio durante varios años, pero dividió al Uruguay en dos.

En las elecciones de 1903 ganó el Partido Colorado, con José Batlle y Ordóñez. Los blancos perdieron dos de los seis departamentos que gobernaban. Esta situación provocó la guerra civil de 1904, que enfrentó por un lado a Aparicio Saravia y el Uruguay rural del siglo XIX y por otro a Batlle y el Uruguay urbano y comercial.

En 1904 Saravia fue herido durante la batalla de Masoller y murió unos días después. A raíz de este hecho su ejército se rindió ante el ejército del gobierno colorado.  Fue la última guerra civil del Uruguay.