Abraham Lincoln fue soldado en la conquista del oeste contra las tribus indígenas que se resistían a ser desplazadas de sus tierras. Estudió por su cuenta y llegó a convertirse en abogado. Más tarde comenzó a participar activamente en política. Sus ideas en contra de la esclavitud le valieron el apoyo de mucha gente. Gracias a ese apoyo llegó a ser elegido como diputado en varias oportunidades. Sus discursos en el Congreso lo volvieron un político tan popular que en 1860 se presentó como candidato a la presidencia por el Partido Republicano y ganó, convirtiéndose así en el presidente de la nación.

La elección de Lincoln como presidente provocó una ruptura entre los estados del norte y los del sur. Lincoln era muy conocido por su pensamiento abolicionista, popular en los estados industrializados del norte. En cambio, los estados del sur, que basaban su economía en el trabajo de los esclavos, la rechazaban y decidieron separarse para formar un país independiente: los Estados Confederados de América. Eso llevó al estallido de una guerra civil en 1861, conocida como la guerra de secesión.

La guerra duró cuatro años, luego de los cuales las fuerzas del norte derrotaron a los esclavistas del sur, declararon la reunificación del país y la abolición de la esclavitud. Antes del fin de la guerra, Lincoln fue elegido nuevamente como presidente de los Estados Unidos. Para los esclavos que fueron liberados, Lincoln se convirtió en un gran héroe.

Apenas unos días después de finalizar la guerra, Abraham Lincoln asistió a una función teatral en la ciudad de Washington, donde murió asesinado por un actor sureño que le disparó mientras veía la obra. Lincoln tenía entonces 56 años de edad. Su muerte provocó una gran tristeza y todavía hoy es recordado como uno de los grandes presidentes de los Estados Unidos.